Ya dijimos que si no sabemos hacia donde vamos, podemos llegar a cualquier lugar. Puede que tengamos suerte, o puede que no.
La mayoría de nosotros va por la vida donde las circunstancias nos llevan; pero la mayoría nunca se ha preguntado seriamente si el lugar donde estamos en este momento ha sido debido a una decisión consciente o llegamos aquí sin saber como.
Nacemos y aprendemos de nuestros padres muchas formas de ser y hacer, vamos a la escuela, quizá a la universidad o no……. y luego comenzamos a trabajar en lo que nos hemos preparado. Tras algunos años a veces nos asaltan ciertas preguntas:
Y si me hubiera dedicado a eso que me gustaba tanto?
Que hubiera pasado si en lugar de trabajar como mecánico porque me daba más dinero en ese momento, me hubiera dedicado al diseño gráfico que me gustaba y me gusta aún, pero que en ese momento no me deba ingresos?
Será tarde para cambiar de trabajo?……
La mayoría de veces estas preguntas son sofocadas por nuestro día a día. Estamos tan ocupados!
Pero el bicho está allí.
Y muchas veces pensamos que si pudiéramos volver atrás quizá seguiríamos lo que DE VERDAD NOS GUSTA!
Y por qué no ahora?
Y aunque aún no estés convencido de dar un giro, no cuesta nada saber que queremos.
En este post anterior hablamos de hacer una lista de unos 10 intereses sin preocuparse de si creemos que son realizables o no.
De esta lista habrá que ir priorizando cuál de ellos de verdad nos interesaría si tuviéramos 16 años pero con nuestra visión y experiencia actual (también vale si tienes 16 ahora!)
Luego hay que meditar en cuál de ellos estamos, dependiendo del caso, física o mentalmente mejor preparados. O mejor dicho, para que creemos que tenemos mejores aptitudes. Es decir, que si tenemos una miopía muy alta quizá no nos vaya muy bien dedicarnos al tiro al blanco, o si medimos 1,50 quizá no nos vaya muy bien en el baloncesto profesional; también hay que ser realista. Aunque haya casos de éxito rotundo en estos casos, no es lo usual.
Por el contrario, analicemos que cosas hacemos con mayor naturalidad, en que actividades somos buenos por naturaleza, que cosas hacemos que nos hacen sentir realizados, en que nos han dichos los amigos o la familia que somos buenos.
Elegiremos 3 de estas actividades y/o intereses e inclusive las ordenaremos en prioridad.
Y a eso nos dedicaremos. Es todo!
No hay que apresurarse. Si la selección ha sido meditada con calma, los resultados serán buenos.
Que mejor que tener un destino y un fin? No has notado que si te llevan a un lugar sin decirte hacia donde vas, te sientes un poco ansioso e intranquilo? No es mejor saber nuestra dirección?
Pues cuanto más pronto en la vida lo sepamos, tanto mejor para nosotros.
Y si te sientes mayor para pensar en que tienes otros objetivos en la vida; al menos enseña a tus hijos a saber elegir lo que quieren de verdad. Ese es el mejor regalo que les puedes dar.
Si tenemos 2 o 3 objetivos en la vida, ya tenemos una razón para nuestros esfuerzos. Cualquier trabajo realizado con un fin en mente es mucho menos agotador que si no se sabe su finalidad, su objetivo. Y muchos, muchísimos no lo saben.