¿Cómo pasar del estrés a la calma, sin gastarse miles de euros en terapia?
Pasar del estrés a la calma es posible, no lo dudes.
Requiere compromiso y un plan determinado, pero lo puedes conseguir.
Estrés
El estrés es la ausencia de calma. Es la sensación de tensión, de ansiedad, de preocupación que de acuerdo con su nivel nos puede paralizar y bloquear nuestra mente para responder de la forma más adecuada a los problemas grandes y pequeños de la vida diaria.
Pero, es totalmente malo el estrés?
No, el estrés no es totalmente malo, dependiendo de su nivel.
Has oído del llamado eustrés?
Sí?
Pues el llamado eustrés es, por así decirlo, el estrés bueno, el empuje necesario de activación que nos lleva a salir adelante. La presión necesaria que a veces necesitamos para completar un trabajo, unos planes, una reunión, una tarea.
Lo que pasa es que si sumamos y sumamos más eustrés ; el eustrés se convierte en el estrés malo. Es acumulativo.
Calma
Y qué es la calma?
Pues lo contrario al estrés.
Debes saber que la calma es nuestro estado natural; nuestro estado basal.
Pero, cuando fue la última vez que estuviste en calma?
Cuándo?
…….
Muchas personas, si lo piensan bien, me dicen que la última vez que estuvieron en calma fue en el útero de su madre!
Y probablemente sea cierto.
Desde el parto, que ya de por sí es muy estresante para todos nosotros, ya nos introdujimos en el mundo “real”, lleno de presiones, plazos, condiciones, expectativas y normas que debemos cumplir.
Y nos olvidamos de la calma que teníamos en el vientre materno.
Quizá te has acercado a esa calma cuando estás a punto de dormir. No durmiendo sino a punto, cuando todo se ve más borroso. O quizá si un día tuviste que pasar a solas un tiempo, sin móvil (¡¡¡Sin móvil!!!) y no tenías preocupaciones. Y te acercaste a un estado de calma.
Y poco más.
Pero nuestro ser es la calma.
Y hay que reencontrarla.
Proceso
Como verás, hay un largo camino desde que nacimos y abandonamos ese estado de calma hasta nuestro hoy actual, en el que estamos rodeados de estrés. Rodeados de cosas que hacer, preocupaciones y ansiedades que nosotros mismos nos hemos impuesto a lo largo de los años. Y lo hemos hecho porque así nos lo han enseñado y porque “así debe ser”.
Llevamos reaccionando al mundo exterior estresándonos desde que nacimos. Estamos acostumbrados muchísimo a actuar y responder así.
Y eso no cambia de un día para otro.
Es un proceso.
No aprendiste a leer en un día, ni en un mes. No aprendiste a jugar bien al fútbol en un día, o a conducir cómodamente en 2 horas.
Practicaste y practicaste y practicaste muchas, muchísimas veces hasta que el cambio del coche se te dio natural, sin pensarlo; y ya no tenías miedo de ir por una carretera transitada. Pasaron muchas horas practicando hasta que obtuviste un funcionamiento fluido en cualquier actividad que lleves a cabo bien y con frecuencia.
Fue un proceso.
Y lo mismo será el proceso del estrés a la calma.
Poco a poco, paso a paso es posible.
Posible y necesario.
Pasos
Necesitas entonces dividir esta tarea en pasos más pequeños.
Porque una montaña se ve inabarcable, pero si subes un poco cada día; por lógica pura; tarde o temprano llegaras a la cima. Solo continúa subiendo.
Estos son los pasos que debes seguir:
Aceptar que necesitas cambiar
Lo primero que debes hacer es analizarte, sin culparte ni sentirte mal. Pero hacerlo de forma sincera, para ti. Porque tu eres el beneficiado de todo esto.
Pregúntate como te sientes, como llevas todo ese peso diario del trabajo, la familia y los problemas de cada día.
No temas aceptar que lo pasas mal. Cuando negamos lo que sentimos es cuando nos cargamos de una loza pesada sobre los hombros. Y eso en algún momento nos aplasta.
Si estás aquí es porque sabes que algo no va bien. Y puedes y debes cambiarlo.
Es ilógico que uno quiera seguir siendo infeliz, o no?
Decidir cambiar
Y una vez que hayas realizado ese ejercicio de introspección y análisis sincero y particular de ti mismo, toca el decidir cambiar.
Seguramente durante tu vida has superado muchos retos en los estudios, el trabajo. Cuando querías aprobar esa asignatura o completar ese proyecto; no lo diste todo hasta conseguirlo?
Las cosas materiales y no materiales que más precias, las conseguiste fácilmente?
O hiciste todo lo que pudiste para conseguirlo?
Y qué es más importante que tu vida misma? Qué es más importante que tu estado de calma?
Buscar ayuda o hacerlo tú mismo? Dónde
Ya decidiste cambiar. Y ahora qué?
Hay 2 formas en general de hacer las cosas. Que alguien te ayude o hacerlo tú mismo.
Cuando alguien te echa una mano en algo; no sueles acabar mas pronto? U Obtener nuevas ideas que a veces no se te habrían ocurrido?
Y si ese alguien tiene cierta experiencia e el tema, no sería mejor aún?
Aunque puede ser que tu estés acostumbrado a trabajar solo, pero te aseguro, porque además esa era mi tendencia también- que el camino es más duro, largo y complicado.
Definir un plan y una meta temporal dividirlo en pequeños pasos
Sea cual sea tu decisión; tu solo o tu y tu mentor, deben definir unos pasos, una secuencia, una programación de acciones a seguir hasta tu meta, que es redescubrir la calma que esta en tu interior y disfrutar plenamente de tu día a día, de tu familia e inclusive de tu trabajo.
Marcar hitos y premiarse por ello
Con los pasos que hayan elegido, cada cierto tiempo establecido o logro pequeño conseguido es obligatorio que te premies. Eso refuerza tu decisión y te motiva positivamente. Por ejemplo; si pasa un día en el que no te has enfadado una sola vez, te mereces un helado, o un masaje, o algo que disfrutes. Es un premio y te lo mereces!
Machacar y machacar y machacar: Perseverancia
Ya te hablé más arriba de la perseverancia, con otras palabras.
Si hemos actuado así durante 30 o 40 años; crees sinceramente que vas a cambiar porque te leas un libro de autoayuda o de control de estrés o de lo que sea y que lo guardes en tu biblioteca?
Eso no sirve para nada; si no se aplica.
Ten muy claro que al inicio probablemente fallarás mucho, pero que si perseveras los fallos disminuirán y lograrás controlar mejor tu estrés.
Porque, cuantas veces te caíste antes de caminar y de correr?
Muchas, muchísimas?
Es natural. Estas reescribiéndote.
Si estás decidido; no dudes, no desesperes y persevera!
Enseñar a otros
Has notado que cuando enseñas algo, tu mismo lo aprendes mejor y lo fijas más?
Ese es el secreto de aprender enseñando.
Cuando enseñas, te das cuenta de lo que aún no conoces; de lo que no tienes claro.
Y te haces más preguntas que te invitan a seguir investigando y practicando lo que haces.
Por supuesto, puedes montar una escuela, pero me refiero a que enseñar solo significa hablar con alguien que lo esté pasando mal y ofrecerle lo que estás en proceso de aprendizaje. Todos somos maestros y también alumnos. Eso nos hace mejores.
Estas son unas cuantas ideas para motivarte a tomar la decisión de cambiar.
Estoy seguro de que si te decides lo lograrás. Has logrado grandes cosas antes y esto no tiene por qué detenerte.
Hay mucho más para ti de parte de un amigo. Te deseo, tal como yo me lo digo a diario: Fuerza y calma.
Un abrazo
Héctor Nuñez
Tu compañero en el camino